La directora francesa Frédérique Pressmann ha presentado este martes en València su documental «Cabanyal any zero», en el que, durante tres años, ha registrado las luchas y los cambios vividos en este barrio marinero que «pese al proceso de turistificación, todavía tiene mucha alma y aún no está todo perdido».

La cinta, producida por Dacsa Produccions, ha celebrado este martes un pase de prensa y se estrenará este miércoles a las 20.30 horas en los Cines Babel de València. En la presentación han participado la directora, el productor Xavier Crespo y algunos vecinos del Cabanyal, protagonistas del documental.

«Es un documental sobre el barrio, que trata la evolución sobre todo después del cambio en el Ayuntamiento y de tantos años de lucha. Se trata de un barrio con un tejido social nacido de la lucha muy importante, de años de mucho sufrimiento y la cuestión es ‘¿cómo se puede recuperar?’, no solo a nivel arquitectónico sino también social, de los vecinos y qué va a pasar una vez se recupere el barrio», ha asegurado Pressmann.

El productor, Xavier Crespo, ha explicado que «evidentemente» por la temática y «para que se viera toda la evolución del cambio, tenía que tener una duración bastante larga», y para ello trabajaron tres años en la filmación, preparación y la parte de postproducción.

La directora grabó la vida del barrio durante tres años, entre 2014 y 2017, por lo que, cuando empezaron, «los cambios estaba a pie de calle». «Invertí mucho tiempo en el proceso de entrar en los grupos y círculos sociales, que fue muy largo pero bonito», ha indicado.

Preguntada por la difusión en grandes salas que tienen películas como la suya, Pressmann ha remarcado que van a empezar a proyectarlo en salas pero «es verdad que los festivales son un poco tibios». «No sé si por el tema o por la duración pero es verdad que es un poco complicado. Este tipo de cine se sabe que es difícil que tenga una gran salida, pero estamos acostumbrados a pelear», según ha remarcado.

LA IDEA SURGIÓ DE LA EXPERIENCIA EN LA TURISTIFICACIÓN

En cuanto a la cuestión de cómo surgió la idea del documental, Pressmann afirma que descubrió el barrio en un viaje y desde entones «tuvo la sensación de que pasaba algo, sin conocer su historia de lucha». Por ese motivo decidió pasar unos meses en el Cabanyal «para ver lo que pasaba» y cuando conoció su historia le pareció «tremendo, porque todavía se podía vivir de forma muy libre, no como en París», su ciudad de procedencia.

«Las otras dos películas que he hecho también tratan de historias de ciudades y nació como un deseo de ver lo que iba a pasar en este barrio, aunque no sabía en aquella época qué iba a suceder y cómo evolucionaría. Creía que las elecciones serían el final de la película y luego me di cuenta de que tenía que ser el revés, el principio», ha manifestado la cineasta.

La directora ha vuelto a Francia hace dos años, pero durante la filmación «vivía en el Cabanyal y he hecho muchos viajes de vuelta». A su retorno, ha visto proyectos que le «ilusionan», como la rehabilitación de algunas casas pero advierte que «casi todo son casas privadas».

«Aún así me da mucha pena ver el estado de degradación y abandono de los solares y también hay muchas cosas que a mí me gustaban mucho y van desapareciendo. Por ejemplo, centros sociales y lugares alternativos, que antes había muchos pero ahora uno detrás de otro desaparecen y se transforman en restaurantes», denuncia.

Para ella, la turistificación en el Cabanyal es un proceso que ya ha visto incluso en el barrio de su infancia de París, y «por eso tenía muy claro que había riesgos de que eso pasara y ahora se puede apreciar». Pressmann asegura que también lo vivió en Nueva York, por lo que no es que sea una adivina, «es por la experiencia que tengo».

«Ahora he vuelto hace una semana y al volver pensé que aún no está todo perdido. Todavía hay mucha alma y reconozco las cosas que siempre me han gustado allí pero es verdad que va encaminado hacia un proceso muy conocido y no me parece muy interesante», recalca.

Por su parte, Crespo añade que el documental obedece a un proceso de trabajo que «antes había experimentando Frédérique en otros lugares». «Dacsa Produccions se interesó en el proyecto a través de Pau Martínez, un amigo personal, que me informó del trabajo de Pressmann y lo más interesante es esa visión externa del documental y a partir de ahí se empezó a trabajar», explica.

«PARECE QUE LAS CIUDADES AHORA SON UN LUJO»

Pressmann ha comparado el proceso de turistificación del Cabanyal con el de París, donde «desde hace años cada vez más gente se va a vivir a las afueras». «Como he hecho yo, porque incluso para vivir en viviendas muy pequeñas, tienes que ganar mucho dinero», ha indicado. Pese a eso, percibe que el proceso es muy diferente: «París es una ciudad mucho más grande pero cuando yo era pequeña, había muchos barrios en la ciudad donde se podía vivir sin ser muy rico».

«Ahora las ciudades parece que son un lujo, que solo se las pueden permitir la gente que gana mucho y se convierten en elecciones de vida, cuando mucha gente ni siquiera puede elegir», ha reflexionado.